Es una de las formas que tiene España de ayudar a las empresas españolas y a sus trabajadores.
Para conseguir ayudarlas, lo hace mediante la formación de sus trabajadores, logrando ventajas para las empresas y los trabajadores de las mismas.
Este sistema viene heredado, del que tenía España desde 1996, que era algo parecido, pero que en vez de ayudar mediante las bonificaciones, lo hacían mediante subvenciones.
En el año 2004 comienza la formación bonificada, para nuestro gusto todo un acierto, porque aunque las empresas se bonifiquen (siendo el resultado parecido al de una subvención), tienen mayor libertad para elegir la formación que más le interese y quien la imparte. Este gasto en formación lo recuperan, bonificándolo en los seguros sociales, esto es, el mes que se lo bonifiquen pagan ese importe menos de sus seguros sociales.
Esto es una ventaja, porque con esta concienciación las empresas conocen, que pueden elegir, exigir la calidad y contenidos que necesitan sus trabajadores.
Durante el año 2015, ha habido una reforma de este sistema, que lo hace todavía más transparente. (Real Decreto-ley 4/2015, de 22 de marzo, para la reforma urgente del Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral).
NOTA: Desde esta reforma la formación bonificada o de demanda, cambia de nombre a Formación Programada.
Es importante conocer los cambios y diferencias entre la antigua formación bonificada y la nueva formación programada.
Para conocerlos puede hacerlo en el siguiente artículo de nuestro blog: